Una de las lecturas recomendadas en la asignatura actual del máster es el libro titulado "El regalo de la comunicación", escrito por Sebastià Serrano.
No es uno de los típicos libros sobre "Cómo hablar en público", aunque sí que podemos emplear gran parte de lo explicado del libro para ese fin. En el texto se desarrollan los componentes no verbales de la comunicación como generadores de vínculos y de estabilidad. Los contenidos del libro pueden ser aplicados en todos los ámbitos de nuestras relaciones, pero el autor hace especial mención a la capacidad de comunicación que deben de desarrollar los profesionales de la salud y los cuidadores de pacientes paliativos.
La lectura ha sido muy relajante y amena. Con un lápiz en la mano he podido resaltar los fragmentos que más me han gustado, y quiero compartir una pequeña parte de ellos con vosotros.
El libro nos sitúa en la nueva sociedad del conocimiento, la de las grandes cantidades información digital y globalizada. Estamos en una sociedad marcada por la impaciencia y la inmediatez, donde cada día que pasa todo es a más corto plazo: las relaciones, el trabajo o los objetivos. Nos aconseja el autor que hemos de lograr armonizar las nuevas tecnologías con nuestra actividad emotiva y cognitiva. Es decir, saber gestionar nuestras emociones como parte importante de nuestro trabajo. Es en este mundo digital donde más que nunca es preciso trabajar y fortalecer nuestras habilidades de comunicación no verbal.
Empezamos nuestro viaje con la mensajería de los olores, que está detrás de procesos tan humanos como el enamoramiento, o como el efecto tranquilizador del olor materno sobre el recién nacido.
Seguimos con el sentido del tacto, que envuelve y cubre nuestro cuerpo de sensaciones. Recordemos que una caricia puede convertirse en una varita mágica, que te hace pasar de la tristeza o el dolor a sentirte reconfortado.
El lenguaje de los ojos y el contacto ocular puede ayudarnos a incrementar la efectividad de la comunicación con los demás, y a amplificar e intensificar sentimientos de proximidad y empatía. Los ojos son la parte del cuerpo más utilizada en la comunicación no verbal.
La voz es nuestra carta de presentación porque, al fin y al cabo, proyectamos emociones vocalmente. El éxito de la comunicación radica en saber cómo decir las cosas, quizás más importante que el qué decir. Necesitamos saber hablar de una manera que acaricie a las personas a las que nos dirigimos y nos escuchan.
Y detrás de un tono adecuado de voz está la expresión de la cara, donde concentramos una colección inmensa de emociones que son el reflejo directo de nuestro interior.
Haremos la última parada en el arte de saber escuchar o, mejor dicho, de escuchar activamente, haciéndolo con todos los sentidos. Son infinitas las veces que oímos lo que nos dicen, captamos y procesamos la información, pero dejamos por completo desatendida la relación. La buena competencia comunicativa radica en la capacidad de escuchar.
De entre muchas cosas resalto dos frases:
"Pongamos en nuestros ojos y en nuestra mirada unas gotas de afecto y de ternura, de actitud positiva y de gusto por la vida, de creatividad y de gratitud, de humanidad".
"La persona que tiene más habilidades comunicativas es aquella que sabe escuchar mejor, que escucha con los ojos y con todo el cuerpo".
¡Buen domingo!
"La persona que tiene más habilidades comunicativas es aquella que sabe escuchar mejor, que escucha con los ojos y con todo el cuerpo".
¡Buen domingo!