Hace poco un amigo me dijo: «Aurora, soy muy comprensivo, pero lo que no entiendo es que tú veas el Sálvame Deluxe». Pues sí, #YoVeoSalvame: los viernes por la noche, toca dejar la mente en blanco y quedarse dormida viendo el Sálvame DeLuxe.
En el pasado programa entrevistaron a Bertín Osborne, tan genial como siempre, abierto y simpático. Nos contó un anécdota que le ocurrió con un otorrino, cuando le diagnosticó una perforación de tabique nasal. El otorrino pensó que había inhalado cocaína, y Bertín se molestó bastante porque nunca había consumido drogas. Acto seguido los colaboradores comenzaron a hablar sobre el tratamiento quirúrgico de las perforaciones de tabique, ya os podéis imaginar con qué precisión. Vamos, que me sonreí un rato.
Fuente de la imagen: Telecinco.
Las perforaciones del tabique nasal o perforaciones septales afectan al 1% de la población, y la reflexión del otorrino fue lógica: el consumo de cocaína inhalada es la segunda causa de perforación según las estadísticas americanas. La cocaína tiene un efecto vasoconstrictor que disminuye el aporte sanguíneo a la mucosa del tabique nasal, y los disolventes que suelen añadirse son también irritantes para la mucosa. No obstante, la causa más frecuente de perforación septal es la cirugía del tabique nasal. En este vídeo podéis ver el aspecto de una perforación.
En función del tamaño de la perforación puede haber consecuencias aerodinámicas en el flujo de aire que atraviesa las fosas nasales: se pierde el flujo aéreo laminar y se provoca un flujo aéreo turbulento. De este modo se forman corrientes de aire accesorias y hay una disminución global del flujo aéreo.
Fuente de la imagen: Telecinco.
En función del tamaño de la perforación puede haber consecuencias aerodinámicas en el flujo de aire que atraviesa las fosas nasales: se pierde el flujo aéreo laminar y se provoca un flujo aéreo turbulento. De este modo se forman corrientes de aire accesorias y hay una disminución global del flujo aéreo.
Sin embargo, seis de cada diez perforaciones no producen síntomas. Cuando ocasiona síntomas el paciente nos cuenta obstrucción nasal, formación de costras, sangrado nasal o incluso un silbido respiratorio. Las perforaciones producen más síntomas cuanto más anterior se localicen y cuanto mayor es su diámetro. Una perforación total del tabique nasal puede alterar incluso hasta la resonancia de la voz.
Los cuidados iniciales de una perforación constan de lavados nasales con suero fisiológico y cremas cicatrizantes, y son indispensables. Cuando a pesar de los cuidados locales la perforación produce síntomas, podemos pensar en el tratamiento con obturadores y en la cirugía.
Los obturadores o botones septales están constituidos por dos discos de silicona o resina acrílica, unidos por un eje central que se coloca en la perforación. Sobre el papel parece buena solución, pero a menudo son mal tolerados y poco estables, y se extruyen hasta en el 30% de los pacientes.
Fuente de la imagen: Atos Medical.
La cirugía varía en función del tamaño y de la localización de la perforación septal. Es una cirugía compleja, sobre todo para perforaciones grandes, y en los textos se define como "decepcionante". Se basa en el avance de colgajos de mucosa procedentes de la mucosa de la fosa nasal, del cornete inferior o de la mucosa labial, asociado a la interposición de un injerto autólogo entre los dos colgajos. Los injertos pueden ser cartilaginosos (cartílago obtenido de la oreja, o cartílago del tabique residual), óseos (hueso nasal o hueso de la cresta ilíaca) o conjuntivos (fascia o periostio).
Por todo ello, es fundamental que nos concentremos en prevenir perforaciones cuando realizamos cirugía del tabique nasal, y en evitar la exposición a sustancias que pueden producir perforación. Entre los agentes químicos que pueden producir perforación septal destacamos la cocaína y heroína inhaladas, los vasoconstrictores locales, el polvo de cal, cemento y vidrio, alquitranes, cromo, ácido sulfúrico, y arsénico, entre otros. Los productos industriales pueden ser objeto de enfermedad profesional.
BIBLIOGRAFÍA
Los cuidados iniciales de una perforación constan de lavados nasales con suero fisiológico y cremas cicatrizantes, y son indispensables. Cuando a pesar de los cuidados locales la perforación produce síntomas, podemos pensar en el tratamiento con obturadores y en la cirugía.
Los obturadores o botones septales están constituidos por dos discos de silicona o resina acrílica, unidos por un eje central que se coloca en la perforación. Sobre el papel parece buena solución, pero a menudo son mal tolerados y poco estables, y se extruyen hasta en el 30% de los pacientes.
Botón septal |
La cirugía varía en función del tamaño y de la localización de la perforación septal. Es una cirugía compleja, sobre todo para perforaciones grandes, y en los textos se define como "decepcionante". Se basa en el avance de colgajos de mucosa procedentes de la mucosa de la fosa nasal, del cornete inferior o de la mucosa labial, asociado a la interposición de un injerto autólogo entre los dos colgajos. Los injertos pueden ser cartilaginosos (cartílago obtenido de la oreja, o cartílago del tabique residual), óseos (hueso nasal o hueso de la cresta ilíaca) o conjuntivos (fascia o periostio).
Por todo ello, es fundamental que nos concentremos en prevenir perforaciones cuando realizamos cirugía del tabique nasal, y en evitar la exposición a sustancias que pueden producir perforación. Entre los agentes químicos que pueden producir perforación septal destacamos la cocaína y heroína inhaladas, los vasoconstrictores locales, el polvo de cal, cemento y vidrio, alquitranes, cromo, ácido sulfúrico, y arsénico, entre otros. Los productos industriales pueden ser objeto de enfermedad profesional.
BIBLIOGRAFÍA
- Thomassin J.-M., Dessi P., Forman C., Danvin J.-B., Bailhache A. Chirurgie des perforations septales. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Tête et cou, 46-135, 2008.
- Beauvillain de Montreuil C, Chastenet P et Ferri-Launay ML. Pathologie du septum nasal (déviation septale exclue). Encycl Méd Chir (Editions Scientifiques et Médicales Elsevier SAS, Paris, tous droits réservés), Oto-rhino-laryngologie, 20-330-A-10, 1998, 8 p.
¡Os deseo un FELIZ AÑO NUEVO! Gracias por leerme.