Cuando nos referimos a las complicaciones quirúrgicas inmediatas de la cirugía de amígdalas, solemos pensar en la hemorragia, la infección, los traumatismos dentales, o las heridas en el paladar blando. Las complicaciones a largo plazo son menos frecuentes, y tenemos desde alteraciones en la voz, insuficiencia velar (por excesiva resección de los pilares amigdalitis en velos de constitución corta), amigdalitis por resección incompleta de las amígdalas, y menos frecuente la estenosis orofaríngea.
Sin embargo, hay una complicación poco mencionada y también poco frecuente que es la alteración en el sentido del gusto. Lo más frecuente es que sea transitoria, se manifieste por un sabor amargo o metálico, y se resuelva en unas dos semanas. Los casos de alteraciones del gusto de larga duración, incluso de más de dos años, son menos frecuentes y la causa no está muy clara.
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Aspecto de los lechos amigdalinos después de la amigdalectomía (visión desde la cabecera del paciente) |
En comparación con la audición, la vista o el olfato que dependen de un nervio craneal, el sentido del gusto depende de tres nervios craneales: VII, IX y X. Los nervios más estudiados, y aparentemente más importantes son la cuerda del tímpano (rama del VII par craneal) que recoge la sensibilidad del tercio anterior de la lengua, y la rama lingual del IX par craneal que recoge la sensibilidad de la parte posterior de la lengua.
Lo curioso del tema es que cuando se produce una alteración del sentido del gusto después de una amigdalectomía, no parece estar en relación ni con el tipo de técnica quirúrgica utilizada, el tiempo de cirugía, el tipo de hemostasia, las características anatómicas o los problemas de intubacion.
Entonces, ¿como lo explicamos? Las teorías más aceptadas son tres:
- La rama lingual del IX par craneal (nervio glosofaríngeo) está muy cerca de la amígdala, y es muy vulnerable durante la amigdalectomía. Se puede dañar tanto por electrocauterio, como al clampar los vasos arteriales para hacer hemostasia.
- Por otra parte el abrebocas que usamos durante la cirugía puede comprimir inadvertidamente la lengua y dañar las ramas del nervio lingual.
- El zinc es un oligoelemento utilizado en el tratamiento de las disgeusias idiopáticas. Las dietas pobres en zinc, la restricción de la ingesta por el dolor postoperatorio, el aumento de las demandas de zinc en el proceso de la coagulación, o el uso de medicamentos que disminuyen los niveles de zinc (antihipertensivos), podrían disminuir los niveles de zinc y favorecer los trastornos del gusto después de la cirugía.
Algunas medidas a tener en cuenta:
- Cirugía cuidadosa y uso limitado el electrocauterio para minizar el daño de la rama lingual del nervio glosofaríngeo.
- Colocación correcta del abrebocas, verificando la adecuación al tamaño de la lengua para no comprimirla en exceso.
- Valorar el uso de gluconato de zinc cuando aparece un trastorno del gusto.
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