viernes, 27 de noviembre de 2015

Sobre audífonos y amplificadores de sonido: entre curioso y peligroso

Los que sois más o menos de mi edad os acordaréis del famoso anuncio del Whisper Xl, pues parece ser que el digno sucesor es el Silver Sonic XL: "...podrás escuchar sonidos que otras personas no pueden, y escuchar claramente conversaciones desde el otro lado de la habitación...".



En los últimos meses he visto a tres pacientes con pérdida auditiva que llevaban un amplificador de sonido. Los tres pacientes estaban relativamente contentos con el dispositivo, lo usaban a diario y no podían comprarse un audífono por motivos económicos. Me pareció CURIOSO a la vez que PELIGROSO.

Amplificador de sonido

Los mayores usuarios de audífonos son las personas mayores. La pérdida de audición relacionada con el envejecimiento suele instaurarse de manera gradual, y a veces ellos mismos no son conscientes de su problema auditivo. De ahí que muchos rechacen la adaptación de audífono. CURIOSO me pareció, porque estos pacientes que sí estaban motivados a adaptarse un audífono (pero lamentablemente no podían), "iban bien" con amplificador. De ahí que ser conscientes de la necesidad de mejorar su audición y la motivación, sean factores muy importante a la hora de comenzar una adaptación protésica.

PELIGROSO me pareció, porque muchos de estos amplificadores están engañosamente publicitados en internet como audífonos, cuando la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) informa de las diferencias entre audífonos y amplificadores de sonido. Aunque de apariencia puedan ser similares, únicamente los audífonos están indicados para compensar las pérdidas auditivas.


Un amplificador de sonido hace eso, amplificar el sonido en ciertas situaciones, pero NO están indicados en el déficit auditivo. Podemos usarlos para escuchar la tele cuando alguien duerme, por ejemplo, o para escuchar sonidos durante la caza o la observación de aves. Son dispositivos mucho menos complejos en tecnología y tienen menos funcionalidades que los audífonos. La normativa a la que están sujetos es la de los aparatos electrónicos.

Un audífono es más que un amplificador de sonido. El audífono convierte la señal acústica recibida por un micrófono, en señal electrónicamente tratada por un procesador, y envía la señal de vuelta de forma amplificada a través de un transductor al sistema auditivo. La señal que emite el audífono es totalmente individualizada a la pérdida auditiva, y la adaptación se lleva a cabo por un profesional sanitario. Los audífonos son productos sanitarios, y tanto los dispositivos como los establecimientos en los que se venden o adaptan están sujetos a la normativa correspondiente.

Audífono

Después de realizar un diagnóstico etiológico y clínico, la indicación de uso de un audífono es responsabilidad del otorrino. El trabajo del audioprotesista comienza con la recepción del paciente que proviene del otorrino. Después de una valoración indidualizada, en la que se realizarán también pruebas auditivas, el audioprotesista ofrecerá la solución auditiva más adecuada para cada paciente. Se tiene en cuenta el grado y tipo de hipoacusia, las características del paciente, su entorno social y las preferencias estéticas, entre otras cosas. A parte de ser adecuado a la pérdida auditiva, tiene que ser práctico y manejable para su edad, y a ser posible estético. 

El proceso de adaptación de un audífono puede durar meses, y la verdad es que no termina nunca, porque va a necesitar revisiones y controles de eficacia periódicos. Y otro aspecto es que la situación auditiva del paciente puede cambiar con los meses o los años, y necesitará reprogramaciones.

Podrías estar haciéndote algunas de estas preguntas: 

"Pero es que son tan parecidos y tan baratos...."
"¿Y qué daño pueden hacer? ¿Y por qué no valen?"
"Con lo que ha evolucionado la tecnología..."

Continuará...

REFERENCIAS:

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¡Qué difícil es bailar!

A mi marido y a mí nos encanta bailar, es más, nos conocimos en clase de baile. Bailar con cierto “rigor” no es tarea sencilla. Tienes que conocer los pasos y las figuras, dejarte llevar por el hombre, moverte con cierta gracia y no parecer que te hayas tragado una escoba, sonreír porque te lo estás pasando bien, no mirar al suelo, mover y levantar los brazos sin parecer una “sincuello”, y un largo etcétera. Igualmente, es fundamental reconocer los ritmos y bailar en el tiempo adecuado. Un ejemplo: hay que bailar la salsa en el uno y no en el cinco, y ya queda desfasado total bailarla en el dos o en el seis…


Conocer los ritmos y los tiempos es cuestión ponerse a ello y practicar, hasta que seamos capaces de identificarlos adecuadamente. Es obvio que no a todas las personas nos cuesta lo mismo. Sin embargo, hay gente que padece realmente un trastorno en el procesamiento musical, una alteración conocida como amusia. Este conjunto de trastornos incluye tanto dificultades en la percepción, como en la ejecución y en la memoria musical.  

La amusia puede ocurrir tras una lesión cerebral que altere algunas funciones musicales (percepción, expresión, ejecución, ritmo, lectura…) o también ocurrir de manera congénita.

La forma congénita de amusia se conoce como “sordera al tono”, ya que el déficit para el procesamiento de los tonos es lo que ocurre casi constantemente en estas personas. Tienen problemas para reconocer tonos o melodías que les son familiares (especialmente cuando se escuchan sin letra), no diferencian melodías que son parecidas, tienen dificultades para memorizar canciones, no identifican cuando otras personas cantan y desafinan, ellos mismos desafinan al cantar, y tienen dificultades en seguir el ritmo de la música. 

La dificultad para identificar y memorizar los tonos es el principal componente la amusia, y es un hallazgo consistente en casi todas las personas con amusias congénitas. La segunda dimensión afectada concierne al ritmo de la música, pero solo estará afectada en algunas de ellas. 

Es un déficit musical que puede afectar al 4-5% de la población, que no me parece “poco”, porque realmente es una discapacidad: no disfrutan de la música, que tampoco se percibiría como tal, o incluso desarrollarían conductas evitativas. Habría que diferenciarlos de aquellas personas que no tienen confianza en sus habilidades musicales, o desafinan, o no siguen el ritmo, pero disfrutan de la música. Probablemente no hayan recibido estimulación o educación musical adecuada, y tengan sus habilidades “adormecidas”.

Los sujetos amúsicos congénitos no asocian déficit auditivo ni otras alteraciones cognitivas, y es interesante también el hecho de que la amusia congénita sea altamente específica del dominio musical, valga la redundancia. Es decir, los pacientes con amusia congénita pueden reconocer perfectamente las voces, los cambios en la entonación de la voz y los diferentes sonidos del ambiente. 

Para la evaluación de la amusia hay un test específico: el MBEA (The Montreal Battery of Evaluation of Amusia). Inicialmente fue diseñado para evaluar la amusia adquirida, pero en la actualidad se utiliza también para evaluar la amusia congénita. El MBEA contiene seis test que permiten evaluar el funcionamiento de cada uno de los componentes musicales: contorno melódico, intervalos, tipos de escalas, ritmo, métrica y memoria musical. 

Si os animáis, un test MBEA on-line lo podeis hacer aquí.


Buena semana, ¡y a bailar!

BIBLIOGRAFÍA
  • García-Casares N, Berthier Torres ML, Froudist Walsh S, González-Santos P. Model of music cognition and amusia. Neurologia. 2013 Apr;28(3):179–86.
  • Pfeifer J, Hamann S. Revising the diagnosis of congenital amusia with the Montreal Battery of Evaluation of Amusia. Front Hum Neurosci. 2015;9:161.
  • Tillmann B, Albouy P, Caclin A. Congenital amusias. Handb Clin Neurol. 2015;129:589–605.
  • Wilcox LJ, He K, Derkay CS. Identifying Musical Difficulties as they Relate to Congenital Amusia in the Pediatric Population. International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology [Internet]. [cited 2015 Nov 18];0(0). Available from: http://www.ijporlonline.com/article/S0165587615005686/abstract

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Entrevista para "Salut i Força"

Salut i Força es un periódico mensual que se distribuye, de forma gratuita, en todos los hospitales y centros de salud de la Comunidad Valenciana. Ribera Salud posee una sección que se llama “La voz de nuestros profesionales”. En ella, cada mes, entrevistan a un profesional de alguno de los centros del grupo Ribera Salud. 

Hace unas semanas contactaron conmigo para ver si quería participar en la sección, y acepté. Algunos de los titulares de la entrevista se publican también en la página que Ribera Salud tiene en el medio digital “Con Salud”.

Os dejo con la entrevista, espero que os guste. 


Para ver los archivos PDF del periódico pulsa aquí.