jueves, 13 de septiembre de 2012

Sobre obesidad infantil, apnea del sueño y meriendas

No me explico por qué las mamás les dan la merienda o el tentempié a los niños mientras esperan para ser atendidos en la consulta. Quizás piensan que van a tardar en entrar, y así tienen a los niños entretenidos. Lo habitual es que vaya más o menos "a la hora", no suelo llevar mucho retraso; y con lo que me encuentro, es con que el niño entra en la consulta comiendo. Puede ser que la mamá entre cerrando la bolsa de patatas, o que el niño venga comiendo las galletas, o el bocadillo de Nocilla. Cuando trabajaba en Menorca era bastante típico que los niños, mientras esperaban, comiesen las famosas Quelitas: unas galletas típicas de Baleares que, sea dicho, están buenísimas. "Vamos a ver -pienso yo- ¡si le voy a mirar la boca, no un pie!". Por tanto, no podéis imaginar la pérdida de tiempo entre que la madre saca la botella de agua recalentada del bolso, y le da da beber al niño para que se aclare la boca de migas. A día de hoy, y ya han pasado algunos años desde que he terminado la especialidad, aún no he visto a un niño entrar en mi consulta comiendo un plátano o un melocotón, ¡con lo bueno que estaba el plátano que me daba mi madre!

Estos pensamientos fueron inevitables cuando hace unos días leí dos artículos de El Mundo y de Europapress, que trataban sobre el cambio de perfil en los niños que padecen síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS). Las publicaciones surgieron a colación de un estudio llevado a cabo por el Hospital Universitario de Albacete, y presentado en el 45º Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), celebrado en junio en Madrid. Los investigadores aseguran que hasta en un 41% de los niños, la obesidad es el factor determinante del SAHS.

Según el consenso nacional sobre el síndrome de apnea-hipopnea del sueño de 2005, el perfil del paciente con SAHS es muy diferente en la edad adulta y en la edad pediátrica. En los adultos la obesidad juega un papel muy importante, además de otros factores anatómicos y neuromusculares. La pérdida de peso en estos casos, es una medida aislada muy eficaz, mejorando la sintomatología de SAHS y siendo curativa en algunos casos. Sin embargo, tradicionalmente en los niños, la hipertrofia adenoamigdalar supone el 75% de los casos de SAHS, por lo que la extirpación de las amígdalas y de las vegetaciones es la primera linea de tratamiento, resolviendo el cuadro en tres cuartas partes de los pacientes. También es preciso decir, que no todos los niños con hipertrofia de amígdalas y vegetaciones desarrollan SAHS. La CPAP (dispositivo para "presión positiva continua en la vía aérea") en los niños es la segunda línea de tratamiento, reservándose para casos de SAHS asociado a otras enfermedades o SAHS residual tras la intervención.

En la siguiente tabla extraída del consenso, se muestran las diferencias clásicas entre el SAHS infantil y el SAHS del adulto.




En el año 2011, se publica un documento de consenso sobre el síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño en niños. En dicho documento se hace referencia al aumento de la obesidad y del sedentarismo en niños, lo que hace que el perfil fenotípico de SAHS en niños se parezca más al de la edad adulta. Diferencian dos tipos de perfiles: el tipo I, asociado a hipertrofia adenoamigdalar sin obesidad, y el tipo II, asociado fundamentalmente a obesidad, con menos hipertrofia adenoamigdalar.  Esto implica que el numero de casos que no mejora  tras cirugía otorrinolaringológica, o el número de casos en los que inicialmente se recomiendan medidas-higiénico dietéticas encaminadas a la pérdida de peso, van en aumento.
Un estudio reciente de Kang, de julio de 2012, correlaciona la obesidad con un mayor índice de apneas/hipopneas durante el sueño, respecto a niños con hipertrofia adenoamigdalar o niños con normopeso.

Volviendo a la consulta, que es donde nos pasamos la mayoría del tiempo. Cuando veo a un niño con sobrepeso y con un SAHS confirmado, le sugiero a la mama (con mucha suavidad y tacto) que al niño le sobra "algún" kilo. No se me pasa ni por la cabeza decirle de sopetón que el niño está gordo, en estas cosas hay que ser muy prudente.
Puedo encontrarme con que la madre quede estupefacta y diga: "¡Si mi niño no come!", y yo le digo: "¿Cómo que no? ¿No era una palmera de chocolate lo que venía comiendo?".

Afortunadamente, gracias a la labor de los pediatras, estas situaciones cada vez son menos frecuentes. Los padres son muy conscientes de problema que supone la obesidad infantil, y asienten con preocupación. Otra cosa es que logremos frenar este aumento tan llamativo de las cifras de obesidad en la edad pediátrica, porque lo que vemos por la calle no es nada alentador. Yo intento sobre todo promover el deporte entre mis pacientes niños, prefiero dejar el cambio en los hábitos alimenticios a su pedriatra, que seguro lo hará mejor.
Habitualmente recomiendo la natación (que es lo que más conozco). ¡Cuantos nadadores de élite han salido de una simple recomendación médica! O como dice mi padre, "la natación es el deporte de los tullidos": nada el que es gordito, el que tiene la espalda mal, o el que no vale para el fútbol o el baloncesto. Pero bueno, para moverse un poco, salir del sedentarismo y dejar aparcada la consola, todo vale...hasta echar unas simples carreras por el parque.


ENLACES RECOMENDADOS

Consenso Nacional sobre el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (2004)
Documento de consenso sobre el síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño en niños (2011)
UpToDate: Mechanims and predisposing factors for sleep related breathing disorders in children 
UpToDate: Ovierview of obstructive sleep apnea in adults

ENLACES PARA PACIENTES

Trip Database: información para pacientes sobre apnea del sueño

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